Sobre la autora del blog.




Marcia Losada García
LA HABANA, 1961
Índice ORCID: 0000-0002-9083-218X

Licenciada en Filología Clásica en 1984, Máster en
 Estudios Semánticos Aplicados en 1999, Doctora en Ciencias 
 Filológicas en 2003 por la Universidad de La Habana leer más.

sábado, 3 de julio de 2021

Una llave para abrir La puerta de los sueños, por Dra. Marcia Losada García.

  Para abrir La puerta de los sueños o... un corredor Entreambos Mundos de Alejandro Cánovas Pérez[1]

  

Numerosos personajes en la historia de la literatura han emprendido un azaroso camino en busca de los sueños perdidos. Quizás, solapados detrás de su espejo, más autores de los que adivinamos caminaron junto a ellos, en pos de sus propias ilusiones, para implorar a través de la magia del signo lingüístico, como ocurre en la trama de La puerta de los sueños, ante el único templo, que no puede ser destruido ni aun por los más terribles sismos: el templo de la Esperanza en la ciudad de los atlantes...

   Pero no se trata en el texto de esta novela --ni en el de ninguna-- de leer tras la máscara del autor sino de jugar, de evocar, seguir tras la huella que nos sugiere la lectura, re-encontrarnos con nuestras proyecciones, re-descubrirnos como interpretantes, hallar sentidos, jugar en conjunción-disjunción con los personajes durante el tejido. La puerta de los sueños resulta un fértil terreno para ello.

   Y así, en esta novela, A. Cánovas Pérez se propone movilizar en los lectores, diferentes formas de saber (de fantasía en los pequeños, conocimientos proyectivos y retrospectivos en los adultos), para reescribir nuestro propio palimpsesto y rendirnos como en todas las épocas, ante la inexorable magia de la función poética: la ilusión de ser descubridores de universos referenciales… que se nos sugieren.

   Un niño maravilloso, una conejita del peluche más amarillo --que es su "epíteto homérico"-- seis orugas y orugones de diferentes caracteres y edades, una cerdita de alcancía--se encuentran un día al despertar, que la puerta de los sueños está cerrada; sin conocer el porqué se sienten tristes y confundidos y salen a buscar la Felicidad en el barquito Argos.

   Inician así un recorrido épico por el país de la fantasía, en realidad por afamados cuentos, épocas remotas de la cultura universal y lugares-utópicos, de los que los personajillos nos devuelven su propia moraleja al interactuar con las historias dentro de la historia para inexorablemente dejarlos atrás en su recorrido --tal vez nuestro recorrido.

Carnavalescamente , como diría Bajtín un hada hermosa y enigmática quien me recuerda a alguien que casi conozco… un ermitaño, el mago Merlín, el Güije-duende-africano saltando  sobre una piedra bañada por un rayo de luna y como oráculo, les enseña a los personajes verdades de las diferentes etapas de la vida; aparece también el famoso cuentero que cubanamente cuenta su propio cuento, el maligno muñeco de dos colores,auxiliado por una cuchara y un tenedor, anancíes de telarañas de plata y tristeza , pañuelos, mapas y espejos persiguen o auxilian a nuestros héroes, en sus peripecias alegres, disparatadas e ingenuas  y …profundas ; ellos se enamoran, aman, sufren, se asombran, pero, sobre todas las cosas, aprenden a comprender. Y actualmente los cuestionamientos de esta última incitación devienen imprescindibles en esta época terrible e interesante.

   Todo ello abre la puerta de los sueños de los pequeños lectores, invitados a abrirla por el logrado registro de lengua en l diálogos de acendrada hispanidad, que brotan, en unión de las múltiples aventuras de los personajes y los dibujan en un justo espacio-tiempo, develador de un contexto ficcional coherentemente lúdicro, al igual que brotan a nuestro encuentro los oruguitos pequeños de las mochilas mágicas de los protagonistas.

   ¡Pero cuidado! que una novela es también como un concierto barroco! La puerta de los sueños lo es, desde un barroquismo latinoamericano y universal.

   Sugiere a los lectores -personas-mayores, una novedosa mirada hacia el paisaje interior de cada quien, pues salen al paso los enigmas: cabalísticas representaciones de combinatorias numerológicas, personajes-conceptos como en los orígenes del teatro medieval de moralidades y alertan sobre la mentira, el engaño, los inconvenientes de la ambigüedad, el fraude, la  nostalgia de la soledad; los espejos-símbolos : la combinación de pintura y escritura le son un reto  visual al destinatario( a l preadolescente y  a jóvenes tempranos)  para  así, ¿completar? el texto, -más bien diré reescribirlo desde las relaciones transtextuales de lectura-  pero, sobre todo, invita a reflexionar, sobre las trampas del narrador – a la vez -su trampa-- por abandonar a los personajes que luchan y buscan y quedar él mismo atrapado... entre ambos mundos.  

   Varios son los caminos al lector para abrirse su puerta de los sueños.

Esta novela es un texto desafío con varios y posibles niveles de lectura que se complementan: agradable y atractiva a la inteligencia del receptor pequeño con su mundo de fantasía-real, el tránsito de los protagonistas por el Anillo de los cuentos y las batallas con seres ¿ficcionales? ya bien para "el adulto" como un llamado lúdicro a la sensibilidad y reflexión a menudo pospuesta en esta moderna aldea global.

También es una novela que reta a los estudiosos del lenguaje ya que responde a una urgencia del espíritu de época de la narrativa de texturas difusas, fractales del siglo XXI, (una verdadera "cámara de ecos" en cuanto a hipotextos, mezcla de signos, recursos sinestésicos) pues sugiere --es mi reescritura al leerla-- que al igual que sus protagonistas, obtengamos una indiscutible "ganancia": también comprender la necesidad de tender corredores, puentes crear algo constructivo aunque sea pequeño  aunque nos demos cuenta que somos, en alguna medida, sueño de la ficción, del “otro”.

 

Dra. Marcia Losada



[1] Alejandro Cánovas Pérez. La puerta de los sueños. novela [Diseño de cubierta e ilustraciones por el autor, ilustración de cubierta: “La fuerza de las palabras”, cuadro de ACP, Colección privada]. TheBookEdition.com, París, 2009.