Porque
somos felices
(y mejor aún)
con las velas hinchadas.
De Un sueño feliz. Poema
Hay
caminos que han sido elegidos como si fuera “para toda la vida”. Esos
caminos son consecuentes --querámoslo o no-- y nos llevan a resultados,
si se trabaja bien, verdaderamente maravillosos.
Por razones
familiares, he tenido el privilegio de ver crecer la capacidad de
análisis científico de la Doctora Marcia Losada García. Muchos años de
disciplina y trabajo riguroso producen un libro llamado La máscara del
lenguaje: intencionalidad y sentido, que sin dudas, está llamado a
revolucionar los estudios lingüísticos cubanos. Y hablo de revolución,
en el sentido de alterar el curso de ciencia hasta obtener un punto, del
que será imprescindible partir para progresar. Ese punto es
indudablemente La máscara del lenguaje: intencionalidad y sentido.
El
libro contiene ocho reflexiones que ilustran esencialmente el mensaje
de su autora: la primera, un intercambio semiótico en la Iliada y la
Odisea; la segunda, un análisis axiológico de la responsabilidad del
sujeto histórico en Semejante a la noche; la tercera, la función
axiológica del conocimiento en Los advertidos; la cuarta, la posibilidad
de una estructura “ausente” en El acoso; la quinta, una de las aristas
del discurso literario-narrativo: su caracterización
semántica-discursiva; la sexta, el valor del silencio: ¿una locuacidad
del silencio?, en la poética entre los griegos y los latinos, en el
enunciado silencioso del mundo real, en la mirada sociológica cultural
del homo loquens; la séptima, la proposición de un enfoque
transdisciplinario aplicado al texto literario narrativo de ficción y
finalmente, la octava, intenta “atrapar” con una convergencia
transdisciplinaria: “la complejidad de la relación pensamiento-lenguaje
desde la Lingüística, auxiliada por el redimensionamiento de conceptos
de la Física y la Lingüística cognitiva y la Filosofía del lenguaje”, lo
que la Doctora Marcia Losada García llama “el dilema de Proteo”:
“explicitar el fundamento linguo-filosófico que le es inherente a todo
método de análisis y facilitar el análisis pragmático del discurso
narrativo de ficción.”
Una enorme conclusión se impone como diría
Diderot en su Enciclopedia, porque lo sencillo es complejo. El mundo
linguo-compositivo del arte literario sirve de ejemplo en todas sus
épocas culturales, ya sea en la Antigüedad clásica europea (griegos y
latinos), ya sea, en un clasicista cubano: el escritor Alejo Carpentier
(sus relatos y su novelística) y también los estudios más propiamente
“lingüísticos”, y las comillas están puestas para decir, que estas
investigaciones sobrepasan ampliamente, el análisis –los análisis-- de
la lengua: ciencias como la Física, la lingüística cognitiva y la
filosofía del lenguaje acompañan y dan una fina calidad a los resultados
expuestos en La máscara del lenguaje: intencionalidad y sentido.
Y
ahora nos tocaría hablar sobre el secreto de este libro: dos palabras
claves nos llevan a su contenido fundamental: la intención es decir, el
objetivo último del discurso conlleva un sentido que la devela,
digamos... siempre. El lenguaje expresa el pensamiento, y en su
dialéctica, puede disfrazarlo, esclarecerlo u ocultarlo... con toda
intención. Por tanto, lo que nos quiere decir su autora es que todo acto
comunicativo, ya sea por su presencia o por su ausencia, revela la
verdad del pensamiento que ha sido traducido a lenguaje.
Pensemos en el valor de este aporte científico para el futuro.
En
este momento en que la ciencia trata de descubrir las complejas
relaciones entre el cerebro y el pensamiento, la posibilidad de expresar
una intención con un determinado sentido directamente a una maquina
cibernética sin pasar por digamos, la palabra, nos lleva al camino del
lenguaje artificial.
¡Menuda tarea la de los lingüistas y
programadores del mañana, quienes acompañados por una biblia
imprescindible: La máscara del lenguaje: intencionalidad y sentido,
podrán concebir nuevas interfases, cada vez más sutiles y complejas!
La
máscara del lenguaje. Intencionalidad y Sentido, de Marcia del Carmen
Losada García. Editora Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 2011.