Esta época del año es propicia para hacer resúmenes, "sacar nuestras propias cuentas", trazarnos nuevos objetivos (algunos se convierten en propósitos y otros solo se avizoran); lo que es innegable, vivas en Europa, Asia, Oceanía, África o en este increíble mosaico cultural que es las Américas, es que nadie puede impedir que sueñes; pues todos estos habitantes de los más disímiles puntos cardinales del planeta tenemos sueños, tenemos alegrías, insatisfacciones y tristezas: resumidos en la palabra metas.
¡Qué bueno si no hubiera guerra, si no hubiera hambre, si no hubiera discriminación, si no hubiera movimientos migratorios artificiales, impuestos, desesperados! Y como somos cubanos, mirando hacia nuestro propio país, ¡qué bueno si la Inteligencia Artificial estuviera al alcance de todos, junto con las medicinas, la ropa, los zapatos, el trabajo remunerado con justeza (que nos permita ser decentes y creativos, según nuestras capacidades), las familias reunidas! Los que escribimos estas líneas, no somos titanes y más que un cambio catastrófico del mundo, lo que está en nuestras manos es ser ciudadanos de una polis, incidir en nuestra cultura (también mundial), en nuestra ideología (adecuada a nuestra sociedad). Y esto es lo que tratamos de hacer, construyendo puentes de lectura, desde dos teléfonos, en diferentes lados del Atlántico.
Por eso insistimos en propagar a la usanza de la Antigua Roma, que éste es un tiempo de construir puentes y fundar canales de comunicación.
Si uno realiza una buena acción en su entorno, si uno participa en algún proyecto comunitario innovador, si uno ve en el prójimo (en el que rechaza o en el que quiere, o en el quiere mucho mucho) un continuum y no un segmento, puede hacer una diferencia en la que se logren dichos sueños, más que ser actores prepotentes o indiferentes (lo cual es peor) de Utopías fracasadas o ingenuas pesadillas. Es la manera emergente que conocemos y que está en nuestras manos para cambiar todo lo que tiene que ser cambiado. Y convertirnos en remeros con los que haya que contar para trazar el rumbo de la Nave del Estado.
Lo que se desvanece, aunque se imponga es lo falso; lo que emerge y trasciende es lo que es verdadero, lo que realmente nos importa.
Muchas gracias por leer desde aquí. Nos vemos en la primera quincena de enero.
Un gran abrazo de Alejandro y un quierito de Marcia.
¡Parabienes en el 2026!
EL REGRESO POSIBLE
El Último Ser
arrastra su vida
en una playa solitaria.
El mar eterno,
inmutable,
apenas le toma en cuenta.
Mira a lo lejos,
y arriba…
milenios ha
que las estrellas
lo han olvidado.
El Último Ser
siente la Nada Fría.
Se acerca el Fin
del Sol y del Mundo.
Mundo ido de amores,
alegrías y tristezas,
presencias y ausencias.
El Último Ser
piensa en su vida pasada,
pretérita
como en Tiempo de los Proyectos.
Pronto la Ola de la Estrella
lo acogerá,
y será Nada como la misma Nada.
El Último Ser
deja de aletear en el viento,
cansado de jugar
a que se une con el Infinito.
Contracciones y no sentidos
lo envuelven,
y entonces…
el Último Ser recuerda
que ya se ha ido…
En: Alejandro Cánovas Pérez. El último ser sueña. El Cid Editor, 2022. ISBN 978-1-5129-8901-4