Borrador de un fragmento del capítulo II
Los nuevos prometeos
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(…) La cultura en cuanto a modelación mental colectiva e individual resulta en un porciento no desdeñable pensamiento intencional (este pensamiento intencional se manifiesta cuando escribimos un poema o libro técnico, construimos un automóvil, arreglamos una calle, escogemos la ropa de vestirnos ese día, esperamos un transporte colectivo que tarda en aparecer, vamos al supermercado y seleccionamos o tenemos que comprar un producto…) y en todas estas acciones dentro del concierto de las obras, es detectable en las construcciones de los entes, a través de rasgos semántico-discursivos de origen semio-cognitivo (a partir de una imagen linguo- mental emergida de los campos nocionales del ser, el conocer, los afectos y las ya mencionadas veredicciones) dichas construcciones basales e intencionales se sustentan en componentes pragmáticos, evaluadores, apreciadores y jerarquizadores para lograr instaurar en el imaginario proposiciones intencionales dentro de una cultura dada.
El texto cultural resultante y coherente en su diversidad debe de ser entendido partiendo de su significado como un entretejido dinámico, un entrelazamiento a los que habría – o no- que otorgarle sentido, ya bien por producción- recepción o ya por interacción dentro de las relaciones transtextuales.
Las relaciones transtextuales se manifiestan por la capacidad del sujeto de aunar e integrar en un sistema de categorización prototípica ( recordar que la teoría de los prototipos propone para pertenecer a un conjunto focalizaciones de semas nucleares y periféricos que agrupan conjuntos sobre la base de una semejanza) como una decodificación del entorno, lectura y acciones que preparan y a su vez, prepara al sujeto en su contexto de acción desde un constructo mental, a partir del input específico generado por un texto nuclear en cualquier soporte.
Las relaciones transtextuales emergen de la organización de un conjunto de significados textuales y metatextuales, a partir de las interrelaciones culturales tejidas desde el contacto del sujeto con un texto nuclear en su búsqueda ontológica de sentido, hasta la construcción, visión general de un escenario (su escenario) de acción cultural, consecuentemente generalizador-holopráxico-resemantizador dentro de un segmento socio-histórico; aunque disminuida a un mínimo teórico en el transhumanismo como trataremos de mostrar en el recorrido diacrónico del humanismo siempre se parte de una aserción modal resemantizada y diferente a cero.
La resemantización es una operación semiocognitiva contrastiva valorativa básicamente de permutación mental para instaurar nueva intencionalidad propositiva dentro de un discurso, focalización o ente creado; en cuanto a patrón cognitivo asume el proceder de cambiar algunos de los rasgos semánticos prototípicos y seleccionar desde un núcleo común socialmente reconocido, nuevos papeles actorales.
El emisor del proceso elige alguno de los rasgos potencialmente decodificables para insertarlos en el “nuevo “ texto nuclear, y de esta recomposición, emerge un nuevo significado relacionado en conjunción o disyunción con el imaginario colectivo, epocal, individual de llegada, que se actualiza (relectura) en el aquí y ahora, en ese discurso sociocultural de reinserción, En el transhumanismo deberemos resemantizar semas nucleares de lo humano, entre ellos dos de los más epatantes son el de la amortalidad y el planteo sobre la fusión máquina- biología humana.
Este barroco concierto cultural-discursivo recoge con mayor a menor perceptibilidad un “espíritu de época “que permite la contextualización y la verosimilitud. Tratemos de interpretar esta idea vista a menudo como una expresión metafórica -lo cual no es desdeñable- como una variable conceptual. Al hablar del espíritu de época tanto como 'perfil de una época' en esta argumentación lo asumimos como el conjunto de valores éticos, estéticos, y todo tipo de ideologemas que predominan en las creaciones científico-culturales de un periodo histórico determinado, que al pertenecer a un segmento histórico determinado tienen rasgos generales comunes identificables. El escudo como una torre de Áyax, la presencia anacrónica del hierro en el mundo de la Ilíada, la cremación a la vez que la inhumación de los restos mortales, la astucia impugnada por valores típicamente agonales, los ya dejados a un lado sacrificios humanos excepto el hecho por el desmesurado Aquiles, el desacierto tendencioso de marcar la situación de los bajeles atenienses continuo al de Áyax, toda la anterior enumeración son anacronismos de otros espíritus de época, que nos hacen un guiño cómplice como lectores modernos , que salen a la luz de una mirada especializada, al tratar de reconstruir el espíritu de época arcaizante que con intencionalidad nos quería transmitir Homero.
Pues bien, consideremos que el espíritu de esta época esta signado por la emergencia de formas de saber entrelazadas que permiten construir, interpretar, utilizar entes, desde la transdisciplina y convertirlos en realizaciones integradas con una finalidad convergente, entre las cuales para dicha convergencia debe primar la relación de pertinencia, con lo que se intenta lograr una focalización más abarcadora e innovadora, intencional de un objeto de estudio –proyecto o una acción cotidiana. ¡Piénsese ya fuera de los marcos científicos cuántas formas de saberes culturales integrados necesita un simple viajero para poder encauzar y embarcarse con su equipaje en un aeropuerto u obtener el boleto de abordaje!
En el transhumanismo la Cibernética, la Biología -conjuntamente con la ingeniería biomédica- la genética y las Ciencias de la cognición emergen y convergen(palabra esta ultima de alta frecuencia de aparición duando se piensa en lo transhumano con visión filosófica entrelazada (compleja) para tratar de producir mejoras sustanciales en cuanto a la longevidad (durabilidad eficiente) inteligencia, y bienestar del humano, en un proceso que con indiscutible hito en la década del ochenta, como explicaremos a continuación, no empezó ayer (…)
Losada - Cánovas