Remembranza
(Hoc erat in votis)
Reúno estas palabras para cuatro personas.
Quién más puede cazarlas al vuelo?
Oh mundo lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas
Ezra P.
Me fascina aun ahora traducir de mis idiomas antiguos, en soledad con la calma de agitados tiempos; es una manera de tender puentes de alma a alma; me esclarece transpensar –como dijo uno de nuestros mejores traductores. Tuve en pregrado -que es época de cimientos- excelentes profesores, que me enseñaron, conformaron y exigieron una eficiente, responsable y honesta aptitud ante la traducción; a pesar de las tentaciones de la época estudiantil yo hice casi mi mejor esfuerzo.
Seis latines y cuatro griegos más francés o inglés (este último fue el elegido por mí y, al que debía de haber prestado mucha más atención) adicionen a todo esto las obligadas versiones de bibliografía pasiva, de un día para otro, del italiano o del francés , o del inglés (y yo, en temprana guerra, reiteré a favor del italiano-inglés) en esta batalla siete estudiantes tratábamos de dar cumplimiento a las exigencias de los profesores , amparados bajo la consigna, la consigna de “traducir nosotros mismos , trabajar siempre con la lengua de los originales”… El discurso de Demóstenes POR LA CORONA en el examen final de Griego iv aún me visita en forma de pesadilla, que no logra aplacar mi fascinación por el Banquete ,asumida su traducción en versión extendida más allá de interminables tareas.
En tercer año comenzamos intensivamente a perfeccionar dicha consigna con clases de cultura griega, civilización romana, aprender y recitar sobre todo en Literatura Latina –recuerdo- fragmentos no menores de 15 líneas de textos en su lengua prístina y, por supuesto, tanto poesía como prosa. Ahora me aferro a ello en época de incertidumbre.
Traducir poesía es tarea mayor para la mente pues el cuidadoso equilibrio que debe ser manteniendo en el transvase fiel de significados tiene que conjugarse en urdimbre con el inevitable componente interpretativo del hermeneuta, que también forma parte de la composición del texto. Los profesores, con una clara visión de lo que querían lograr de nosotros, expandían nuestro “arco dramático” para hallar equivalencias y relevancias, con inolvidables comentarios de textos -que tanto disgustaban a primer año y deleitaban a partir de tercero- sobre autores claves en los períodos estudiados.
En el entrar-salir -retomar del texto nuclear en clases de Literatura Latina reconformé mi visión de los Clásicos de la Universal y de uno de los autores que sería parte de mi grupillo de poetas preferidos: Ezra Pound, a quien aprendí a disfrutar…y casi a traducir (y cuyo poema Causa "por múltiples de ellas " encabeza estas líneas) . Por esas clases, retomé textos de J Martí con nueva mirada, de Lezama ,sobre todo, su poesía mitológica, disfrute mejor las sonoridades de TRILCE y le hice -cuando era profesora joven- un flaco servicio a Q.H. Flaco, y a mí… por preterirlo ante Catulo. A este grupo sumé desde Grecia a Homero con la Odisea a la que dedique mi tesis de pregrado, recuerdo el trabajo de traducir , volviendo a Roma, casi lo único que prefiero de Cicerón, De senectute, asignado a mi como enseñanza, pues ya la maestra de todos, vislumbraba el esfuerzo que me iba a costar el ir más despacio con la misma intensidad, cuando fuera… como ya soy.
Por este sendero de la L. Universal ,a través de la Literatura Latina “arrivé” en juventud a la obra de M. Youcenar leída pobre de mí en español – así he pagado siempre mi stulta guerra con el francés (idioma natal de mi tutora de posgrado, e instrumento de trabajo, escritura y comunicación de mi esposo) para al final ttener que examinarlo en lengua de traducción para la titularidad lo cual hice con honrilla- asi, elegí e instauré en mi imaginario,este, que a continuación traduzco mi poema preferido.en el tiempo, que ya se hace breve ahora para experiencias vívidas, este poema de ¿despedida?que me devuelve en caótica remenbranza al propio Pound, a Lezama, a Darío, a Martí, a Nogueras, a Poe . Todo ello y más sucedió, a resultas del esfuerzo de los maestros y del trabajo personal “por escurrir” hasta la última gota de los rasgos semánticos portadores del significado, y ello todo, creó en mí el habitus intensificado de leer, cultivar mi idioma materno y espoleó ganas de traducir -llegado el momento preciso- algunos versos…
Ahora elegí reinterpretarme en una “obrita” mistérica, breve como todo buen poema, que nos llega aislado de sus relaciones transtextuales , poema al que se le han hecho diferentes versiones… y yo no quiero irme sin dejar escrito mi admiración por el más griego de los césares romanos, médico, soldado, excelente administrador, apasionado amante de Antínoo, y de las artes, a Publio Helio Adriano, el español adoptado por Trajano ( o por su esposa Plotina) uno de los “césares buenos “-a pesar de la predisposición hacia ellos que pueda inculcarnos Suetonio- y traducirlo, sirve al propósito de prepárame para encontrar un poco de Pax en la eterna duda , con versos prestados , para alistarme a ver partir a la mía… Salud.
Animula, vagula blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc in loca
Pallidulla, rigida,nudula
Nec ut soles dabis iocos
Despedida
(Pequeñita alma mía,
sin rumbo fijo, sutil,
cobijada a la vez que compañera del cuerpo.
En cuáles lugares te guarecerás de ahora en adelante,
paliducha, estática , sin tu chispa vital,
después de inquieta, reírte de las cosas …)
Traducida por Marcia Losada.
nota bene:espero que, si mi profesora de Lengua y Literatura Latina casualmente lee este pequeño homenaje , apruebe mi traducción.