Profesora titular e investigadora®, Universidad de La Habana (UH): Licenciada en griego antiguo y latín clásico, Facultad de Artes y Letras, 1984. Maestra en Estudios Semánticos Aplicados al Análisis de Texto y de Discurso, Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX), 1999. Doctora en Filología, Universidad de la
Habana, 2003. Cuenta en su curriculum de estudios con el componente académico de Maestría en
Lingüística Hispánica. Diplomada posdoctoral en Estudios de Sistemas Complejos del Instituto de Filosofía de la Habana, 2007. Presidenta de la comisión de Carrera de Estudios Lingüísticos Especializados (ELE) en la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX), Universidad de La Habana, 2004- 2005. Analista del CENAM Org. Central (2010). Creadora y directora de la Red de Observatorios Universitarios (2012-2015). Ha pertenecido a cuatro claustros de Maestría y Doctorado (FLEX, Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Dirección de Publicaciones Académicas-UH, 2015-2019) Miembro de la Junta de Acreditación
Nacional de carreras (JAN). leer más.
En el artículo la autora argumenta sobre la idoneidad de utilizar el enunciado como unidad operativa compleja para el análisis de corpora textuales en cuanto a detectar la intencionalidad, la experiencia sociodiscursiva, y elementos sensorios perceptuales de la experiencia del sujeto emisor.
·ENTREVISTAS David Fernández Vítores: «El
español tendrá que buscarse un refugio que le permita salir indemne de las
bombas demográficas que se avecinan»
·El filólogo, autor del
informe de referencia sobre el estado del español en el mundo, conversa con
GACETA sobre la realidad internacional y el futuro de nuestra lengua
El doctor en Lengua Española y
Literatura, además de politólogo experto en Relaciones Internacionales, David
Fernández Vítores, llega a las librerías con su más reciente trabajo, Panhispania. Visita guiada por un país que nunca existió, publicado por
Catarata. Su propósito, “no es otro que abrir los ojos a algunas realidades del
español que con frecuencia pasan inadvertidas tras la avalancha de datos
institucionales”. Todo un baño de realidad a unas cifras que, repetidamente, se
presentan con excesivo optimismo. Este filólogo, catedrático de la Universidad
de Alcalá, ama la palabra bien fundamentada y el término justo. Imagino que le
obsesiona la idea de avanzar, de no estancamiento. Porque siempre hay tiempo
para el buen uso de la palabra igual que necesitamos el aire que respiramos. Su
inquietud por la marcha de la lengua española en el mundo le llevó, en 2010, a
iniciar una estrecha colaboración con el Instituto Cervantes. Ese año, esta
institución le encargó la elaboración del informe El español: una
lengua viva, informe que se ha convertido en la referencia fundamental para
medir la presencia global de nuestra lengua.
Fernández Vítores nada
contracorriente en esta interesante reflexión en torno al estudio del español
que es Panhispania. Preste atención a la letra pequeña y compruebe
que existe una cara B no tan amable como nos la pintaban. Toda una eficaz
herramienta para detectar las tendencias globales del español, perfectamente
sintetizadas a través de los títulos de sus capítulos: ¿Por qué cada vez se
aprende menos español? ¿Por qué el español no es en realidad una lengua
internacional? ¿Por qué Estados Unidos no es El Dorado para el español?… Cada
uno de sus artículos o libros, entre los que se encuentran Las afueras
del español, La Europa de Babel, La Europa multilingüe y El
español en las relaciones internacionales, entre otros, comprenden un
excepcional compendio de aprendizaje.
David Fernández Vítores dibuja
para IDEAS un paisaje cabal del español y a la vez nos invita al amor por las
palabras. Perderlas es perder la riqueza de nuestra vida.
Como autor de este libro, ¿qué
David Fernández Vítores ha puesto más de sí para exponer la realidad del
español: ¿Aquel filólogo que emprendió esta carrera con ilusión hace años, el
investigador, el profesor o el padre que vela por el futuro y la enseñanza de
sus hijos…?
Supongo que se mezclan un poco
todas esas facetas. Como el tema merece análisis desde diversas perspectivas,
he intentado abordar las cuestiones relativas a la lengua española que
considero más candentes. La elección no es en modo alguno exhaustiva, pero considero
que ofrece una muestra lo suficientemente representativa como para dibujar un
paisaje cabal de la situación actual de nuestro idioma.
Se nos olvida leer la letra
pequeña, como siempre, y a la hora de hablar de nuestro idioma también. Leemos
a brochazos y nos olvidamos de analizar detalles. Leyendo su libro conocemos
que hay un decrecimiento claro en las cifras alrededor de nuestro idioma…
Efectivamente, mi intención
con Panhispania es precisamente esa, hacer que el lector no se
quede en los grandes titulares de la lengua e invitarte a prestar más atención
a la letra pequeña, a esos datos menos vistosos que, a menudo, se ocultan entre
líneas y que no siempre muestran una cara tan amable. Y la demografía es
claramente uno de ellos.
A pesar de estos datos tan
contundentes como el que apuntas, la prensa sigue fijándose cada año en el
crecimiento de esta comunidad en términos absolutos, sin reparar apenas en que
esta lleva casi dos décadas menguando en términos relativos. Admitir esta
realidad incómoda de manera inequívoca parece un paso previo para tomar
conciencia de la que se revela como la única estrategia posible para ampliar
esta comunidad: intentar compensar la pérdida de hablantes nativos con un
aumento de aquellos que la tienen como segunda lengua. Una tarea nada fácil, si
se toma en consideración el enorme prestigio de sus principales competidores,
el inglés y el francés.
¿Cuáles son las fortalezas
básicas del español?
La principal fortaleza del
español es su demografía. Una demografía muy potente y en constante crecimiento
que abraza varios mundos y cuya comunidad de hablantes incluye rasgos y
orígenes de lo más diverso. Otra es su homogeneidad. A pesar del amplio espacio
que ocupa el área hispánica, el grado de uniformidad que presenta el español es
extraordinariamente alto. Otro elemento que también contribuye a añadir peso
relativo al español con respecto a otras lenguas es su alta tasa de dominio
nativo. Aunque en muchos de los países hispanohablantes no es la única lengua
oficial, el español es el instrumento de comunicación mayoritario en todos
ellos, con una tasa media de dominio nativo superior al 94%.
¿Cuál es la cara B? ¿Esas
debilidades que habla en Panhispania que, hasta ahora, nadie
nos había explicado?
Lo cierto es que, a la sombra de estas
fortalezas, se esconden también sus principales debilidades. La primera, porque
acaba influyendo en todas los demás, tiene que ver con su demografía. No cabe
duda de que contar con una comunidad de hablantes tan extensa es sumamente
beneficioso para la proyección y el prestigio internacionales del español, así
como para sus hablantes. Sin embargo, este mismo hecho tiende a generar
inercias negativas. La principal es que reduce el incentivo de sus miembros a
aprender otras lenguas y, por tanto, lo hace menos internacional. Otra
debilidad clara del español es su escasa dispersión geográfica. Gran parte de
los países hispanohablantes comparte frontera. Estamos hablando de un
territorio muy compacto comparado con el del inglés y el francés. Ambos elementos
suponen un lastre considerable a la hora de exportar las virtudes
internacionales del español fuera del ámbito hispanohablante porque generan un
efecto isla.
El número de estudiantes de
español resulta que es menor de lo que aparentaba…
Lo que yo explico en mi libro es
que el espectacular aumento del número de estudiantes registrado en los últimos
15 años se debe más a la incorporación de aquellos que ya existían, pero no
estaban contabilizados, que a la captación de nuevos alumnos. Y eso no es todo.
Si contabilizamos solo las nuevas matrículas, podría hablarse incluso de un
decrecimiento en términos relativos, ya que el incremento de la población
mundial en ese mismo período fue muy superior.
¿Por qué el español no es una
lengua internacional?
Conviene no confundir la
importancia internacional de la lengua con su utilización como lengua
internacional. Cuando se califica a una lengua como internacional (o mundial),
normalmente se alude a su capacidad para poner en contacto a personas de
distintos países o naciones fuera de su comunidad de hablantes nativos. Y aquí
el español hace aguas, pues su uso como lengua franca mundial deja bastante que
desear, especialmente si se compara con el del inglés, que prácticamente
monopoliza esta función.
¿Qué importancia tiene la
natalidad en el futuro del español? ¿Por qué la natalidad explica que no sea
tan pujante como creemos?
Como dijo Paul Valéry, lo malo de
nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era y la ralentización en el
crecimiento de la población de los países de habla hispana va a tener fuertes
repercusiones para el español a escala global. Para empezar, este idioma tendrá
que buscarse un refugio que le permita salir indemne de las auténticas bombas
demográficas que ya se adivinan en el horizonte, especialmente en África. Las
comparaciones son odiosas, pero basta un ejemplo para dar una idea de la
encrucijada demográfica en la que encuentra actualmente el español: aunque el
porcentaje de crecimiento previsto en Guinea Ecuatorial para final de siglo es muy
parecido al de Nigeria, este último país contará en 2100 con 546 millones de
habitantes, mientras que Guinea Ecuatorial apenas llegará a los 4 millones.
Definitivamente, no se puede confiar en la demografía.
Sobre el Instituto Cervantes,
usted invita a que no se quede sólo en abrir y abrir centros, sino que, en un
futuro, debería ir variando a certificar en lugar de impartir enseñanza, ¿es
así?
Efectivamente. La revolución
actualmente en curso en el campo de la lingüística computacional va a alterar
también los motivos que hasta ahora movían a alguien a aprender un idioma: ¿por
qué hacer un esfuerzo tan grande cuando ya hay una aplicación capaz de traducir
de manera impecable cualquier conversación? Derribada por vía tecnológica la
barrera lingüística, parece lógico pensar que el aprendizaje de lenguas
extranjeras entre pronto en recesión, vaciando así de contenido algunas
entidades creadas parcialmente para tal fin, como el Instituto Británico, la
Alianza Francesa y, por supuesto, el Instituto Cervantes. Todas ellas tendrán
que reajustar sus objetivos para dar cada vez más prioridad a su carácter
diplomático en detrimento de su enfoque eminentemente docente.
¿Por qué Estados Unidos no es El
Dorado para el español?
Porque se está desvinculando la
adscripción étnica del conocimiento efectivo de la lengua. No hay que olvidar
que la gran mayoría de los hispanos no considera un requisito indispensable
saber español para considerarse como tales. Las nuevas generaciones ya
han crecido en un entorno angloparlante y su educación ha sido en inglés.
Muchos de ellos han aprendido español en un entorno doméstico caracterizado por
la oralidad, pero pocos son los que se han preocupado por ampliar los registros
de uso del idioma de puertas afuera o de complementar su formación con una
expresión escrita correcta, habilidad esta última que suele adquirirse en el
entorno de una enseñanza reglada en español que, hasta la fecha, brilla por su
ausencia.
Augura que el aprendizaje de
lenguas va a entrar en recesión a consecuencia de los diferentes dispositivos
así como la IA. ¿El español podría capitalizar, entonces, su importancia?
Así es. El idioma que más tiene
que perder en este nuevo escenario tecnológico es el inglés, pues su papel como
lengua franca mundial se verá gradualmente sustituido por este tipo de
instrumentos. Por el contrario, lenguas con una base demográfica extensa, como
ocurre con el español, es probable que capitalicen esta pérdida de protagonismo
del inglés, pues el atractivo de aprenderlas residirá más en la vivencia
afectiva de la cultura a la que dan acceso que en su capacidad para poner en
contacto a hablantes de idiomas distintos.
La RAE teme perder su categoría,
ya que actualmente va por detrás, deben reconocer que van más lentos… Las
reuniones de los académicos son una vez a la semana, y mientras ChatGPT, y
demás soportes tecnológicos, adelantan a velocidad supersónica… ¿Qué
perspectivas augura?
Que el poder normativo de la RAE,
tal como lo conocemos, tiene los días contados es un secreto a voces dentro de
esta institución. Por eso se ha preocupado de destinar buena parte de sus
presupuestos más recientes a firmar convenios con las grandes compañías
tecnológicas del momento, a fin de incluir su acervo histórico en los modelos
generativos de lenguaje basados en inteligencia artificial. Se trata, en
cualquier caso, de un intento a la desesperada por mantener el control de un
aparato normativo que se les escapa de las manos a golpe de chat GPT. La
estrategia puede funcionar en los estadios iniciales de una tecnología que aún
necesita cierta supervisión humana para afinar algunos de sus procesos, pero,
cuando esta se desvincule totalmente del factor humano, acabará sustituyendo a
la Real Academia en su función de limpiar, fijar y dar esplendor al español.
La música es otro ‘pero’.
Reguetón, música latina… tienen éxito en el mercado latino de Estados Unidos,
pero no en todo el mundo. ¿Hay vida más allá de Despacito? ¿La
pregunta que hay que hacer sería no cuánto se escucha, sino quién lo escucha?
Totalmente de acuerdo.
Curiosamente, la mayoría de los estudios y noticias que hablan del factor
musical latino como vía para extender el uso del español parecen pasar por alto
ese dato. Pero si buceamos un poco por la Red, veremos que la música en español
se consume principalmente dentro del área hispánica e hispanohablante, lo que
cuestiona la capacidad de este género musical para rebasar fronteras
lingüísticas.
Los factores geopolíticos
influyen muchísimo. Alrededor del idioma conviven profundas desigualdades que
afectan a la hora de la expansión de la lengua: pobreza, dictaduras… que
limitan el acceso a aprender idiomas y tecnologías varias.
Lo sorprendente es que esos datos
tan negativos para la consolidación del español en el ámbito internacional
apenas se tengan en cuenta en los estudios oficiales dedicados a analizar la
posición de esta lengua en el mundo. Si se incluyen, es siempre de pasada o
quedan rápidamente eclipsados por un dato mucho más llamativo: el de la
demografía.
¿Qué opina del uso de traductores
en el Congreso de los Diputados? Aparte del despilfarro económico innecesario,
nosotros solitos nos estamos encargando de ir eliminando nuestro propio idioma.
Separando más que uniendo, erosionamos nuestra lengua…
Me parece algo totalmente
innecesario y un torpedo más en la línea de flotación del español.
Significa añadir una capa más de ineficiencia a un Congreso que ha
funcionado perfectamente con esta lengua común de todos los españoles. Y este
peaje de cuota tiene también sus implicaciones negativas para el español fuera
de nuestras fronteras.
Explica que en la UE la política
lingüística que se ha llevado a cabo es dañina, y no exagera. Se ha valorado
más el gallego, el vasco, catalán, y el español ha llegado a aparecer, en las
estadísticas, tras el polaco…
Claro. Habría que valorar en qué
medida la reactivación en el plano nacional de un debate ya cerrado en el
ámbito europeo, como es el de dotar de carácter oficial al resto de las lenguas
regionales y comunitarias de la UE, puede haber contribuido a erosionar aún más
la ya malograda posición del español en esta organización. Porque, no nos
engañemos, si España no se preocupa de cuidar el español en Europa, nadie más
lo hará. El no hacerlo arroja su saldo negativo en cuestiones como la exclusión
de este idioma como lengua de procedimiento de la Oficina Europea de Patentes
o, como ha ocurrido en más de una ocasión, en la no contabilización como
hispanohablantes de catalanes, vascos o gallegos, quedando así el español por
detrás incluso del polaco en términos demográficos.
Recuerdo que un emoticono fue
palabra del año en el diccionario Oxford, en 2015. Esto de los emoticonos y el
lenguaje de los móviles (muletillas, cambio de letras…) tampoco harán ningún
bien…
No creo que el uso de estos
emoticonos empobrezca la lengua. Lo que la empobrece es que, a pesar de que
cada vez se publican más libros (también en español), la gente cada vez lee
menos. Leer es una forma de reflexionar sobre la propia lengua. Pero ese es un
lujo que ya casi nadie puede permitirse en una sociedad caracterizada por el
consumo compulsivo de contenidos incompletos.
Por otra parte, si reducimos
drásticamente nuestro lenguaje, nuestro vocabulario, ¿estamos limitando nuestra
posibilidad de construir un criterio y reflexionar? ¿Estamos acabando con una
de nuestras capacidades más importantes: tener criterio, reflexionar, razonar?
Es evidente. Por eso luego viene
el informe PISA y nos saca los colores. El problema no es solo español, es
mundial.
Sólo cuando eres consciente del
problema, eres capaz de poner soluciones. Gracias a su libro, somos conscientes
de la situación crítica que vivimos. ¿Podemos ser optimistas? ¿Cree que nos
hemos dado por avisados?
A mí me gusta medir el optimismo
en función del consenso político alcanzado en la promoción del español. Para
ser optimistas, bastaría con no tirar piedras contra el propio tejado. Llegar a
acuerdos con otros países de habla hispana para una promoción conjunta del
español tampoco estaría de más. No tiene sentido una Panhispania con
marchamo español.