Deseos de un árbol al revés
Me siento como un árbol poderoso,
que envejece,
e indiferente, crujo en mis junturas.
He enraizado mis ramas y muestro, sin remilgos,
raíces al sol,
pues la semilla, que de mi brotó
no va a plantar nuevo árbol.
Cuando ya no esté
dejaré recuerdos escritos al dorso de mis hojas ocultas,
sumergidas entre los huesos de la tierra,
y, con suerte,
y, si no es mucho desear,
algún enamorado bajo la sombra de mis raíces, exclame:
¡vaya, qué buena idea me han dado estas hojas!
Y los niños colgarán en mí sus hamacas
y entonces y por siempre,
seré así un álamo joven y fuerte.
Cuando de mi tronco se haya hecho leños,
crepitará mi savia en fuegos de hogares extraños,
daré calor a aventuras ignotas e historias de deseos.
Cuando mi espíritu se haya ido y
mis pensamientos sean solo cenizas,
observaré mi árbol inverso desde los cielos,
y, satisfecha,
arroparé generaciones de amor.
Vitrales zurcidos: poemas de la tercera edad Visitar el libro
© Marcia Losada García, 2024. © Editorial Universitaria, 2024. Primera edicióne-ISBN: 978-959-16-5187-7